Florentino Pérez | Permítame comenzar esta carta felicitándole por las grandes acciones que ha realizado en favor del Real Madrid. Solo los desagradecidos o los desmemoriados no han apreciado el enorme bien que hizo usted en su primera etapa en el Real Madrid, saneando económicamente el club y convirtiéndolo en uno de los equipos de fútbol más rico del mundo. Su gestión económica ha sido muy beneficiosa para la entidad.
Habrá quien piense que todo fue un pelotazo urbanístico del que usted se benefició, pero hasta que no se demuestre lo contrario, su gestión fue ejemplar. Es evidente que usted es un gran empresario, no en vano, fue elegido mejor empresario en 1999, es la décima fortuna en España y la 804ª del mundo según la revista Forbes.
«El dinero que usted gestiona no es suyo, es de los miles de socios, no lo olvide nunca»
Pero, el fútbol, señor Pérez, no es una empresa. Y lo peor, ni siquiera es una empresa suya. El Madrid es un equipo de fútbol. Y pertenece a sus socios. No se puede convertir el Real Madrid en el cortijo particular de nadie. El dinero que usted gestiona no es suyo, es de los miles de socios, no lo olvide nunca. Su gestión económica puede ser inmaculada, pero su gestión deportiva es un auténtico desastre. El Real Madrid no es una máquina de hacer dinero —que también— es un equipo que se nutre de ganar títulos… y con usted, los títulos son escasos.
Y lo que es más grave. ¿Dónde está el señorío del Madrid del que usted hace gala? Abochorna ver como grandes jugadores y entrenadores deben salir por la puerta de atrás. No es cuestión de organizar partidos homenajes. Es necesario que salgan como lo que son: Mitos. Esperemos que alguien le pare los pies y no termine echando a Ramos.
Afortunadamente, cada día me alegro más de ser fiel seguidor del Racing de Santander.