¿Qué es el arbitraje en el fútbol?

Árbitros de fútbol y arbitraje

«Por naturaleza, el arbitraje es un riesgo precioso en el que uno sueña con alcanzar un gran desarrollo humano a través de sus altísimos valores».

El arbitraje y arbitrar es cronometrar, juzgar, decidir y dar fe; todo ello (que es ya de por sí complicado) con la enorme dificultad que implica tener que hacerlo con total inmediatez; así como sin análisis detenidos, sin anotaciones y tranquilidad. Tampoco sin el recogimiento y el abrigo del silencio de una habitación; y con el triste añadido de no contar en la mayoría de los casos con la honesta colaboración de los jugadores; como se le debería suponer a personas que se denominan «deportistas».

El arbitraje es, por naturaleza, un riesgo precioso en el que uno sueña con alcanzar un gran desarrollo humano a través de sus altísimos valores; actividad física y mental, justicia, respeto, lealtad, afán de superación, valentía, honor…

Desgraciadamente, nuestra sociedad (un ente enfermo al que hay que ir recuperando) no ha entendido esa esencia del arbitraje. Y lo ha convertido en un circo romano, desvirtuándolo por completo (y, de paso, desvirtuando al deporte, qué duda cabe).

Es, por tanto, el árbitro (por la dimensión espiritual que supone el hecho de atreverse a afrontar dignamente su labor; dada de la dificultad de la misma) un ser extraordinario; es decir, fuera de lo común.Y no lo digo por el trato que solemos recibir; sino, como he afirmado, simplemente por el arrojo humano mostrado al encarar tan duro reto como el dirigir un encuentro. Si, encima, hay que superar otros obstáculos (aquellos que son colocados por quienes no aman el deporte ni conocen lo que es realmente el arbitraje), entonces querer ser árbitro me parece un ejercicio de auténtico héroe, de romántico existencial… De un ser que merece, como poco, el más sincero respeto de todos los participantes y asistentes a un partido.