Su físico ya no era ni mucho menos el que había maravillado en los años 80, por lo que su magia sólo pudo ser mostrada en cuentagotas
Maradona en el Sevilla | En el verano de 1992, una vez cumplida la sanción de 15 meses impuesta por la FIFA por su positivo por cocaína. Maradona abandona Nápoles con destino a Sevilla para ponerse a las órdenes de Carlos Bilardo, el técnico con el que había alcanzado la gloria en el Mundial de México 86.
Tras unas duras negociaciones a varias bandas que parecían interminables, por fin el 28 de Septiembre, Maradona se enfunda por primera vez la camiseta de su nuevo equipo. Su debut será en un amistoso ante el Bayern de Munich, donde lucirá con el 10 a la espalda y el brazalete de capitán.
Una semana después hará su debut oficial en un encuentro del Campeonato de Liga ante el Athletic en San Mamés, en donde Maradona daría una asistencia, pero que acabarían ganando los locales por 2-1.
A la siguiente jornada su primer partido oficial en el Sánchez Pizjuán. El Pelusa marcaría el único tanto del partido, al transformar un penalti cometido sobre Simeone.
Chispazos de calidad de Maradona en Sevilla
Los inicios de Maradona en la ciudad hispalense son ilusionantes; el club había pasado de 26.000 a 40.000 abonados, y el jugador argentino comienza a mostrar algunos chispazos de su calidad.
En Diciembre coincidiendo con la visita del Real Madrid, hace el que posiblemente sea su partido más completo como sevillista. Se muestra muy activo, y tras un duro partido los locales acaban venciendo por 2-0.
Pero las cosas pronto se empezaron a torcer. Maradona volvía nuevamente a ser convocado con la selección argentina, primero para un partido amistoso y después para jugar la Copa Artemio Franchi contra Dinamarca (torneo que enfrentó al vigente campeón de América y de Europa).
Los dirigentes del Sevilla amenazaron con multarlo si viajaba. Sin embargo, Maradona hizo caso omiso, lo que comenzó a debilitar su relación con los dirigentes andaluces.
El divorcio de Maradona con el Sevilla
En la segunda vuelta de la temporada la ilusión que había generado su llegada empieza a difuminarse. El crack argentino comienza a ausentarse de los entrenamientos; el nerviosismo se traslada a un equipo que ve cómo se escapa su objetivo inicial de clasificarse para la próxima Copa de la UEFA.
El divorcio se hará total en la penúltima jornada de Liga ante el Burgos. En el descanso, Maradona había pedido el cambio ya que se resintió de una antigua lesión de la rodilla, pero Bilardo le pidió que continuara; por lo que el médico del equipo le aplicó tres inyecciones de un antiinflamatorio en dicha rodilla. Sin embargo, a los ocho minutos de la reanudación Bilardo decide cambiarlo, provocando la ira del jugador que insultó públicamente al entrenador.
Aquel fue el final de Maradona en el Sevilla, que acabaría rescindiendo su contrato y regresando a Argentina para jugar con Newell’s.
El año de Maradona en el Sevilla estuvo lejos de cumplir la expectativas, el equipo andaluz quedaría séptimo clasificado y fuera de competiciones europeas para el año próximo. En el plano personal Maradona jugó 26 partidos ligueros y anotó 5 goles. Su físico ya no era ni mucho menos el que había maravillado en los años 80; por lo que su magia sólo pudo ser mostrada en cuentagotas.