La árbitra francesa Stéphanie Frappart, un paso firme hacia la igualdad en el fútbol

Árbitra francesa Stéphanie Frappart

Hay que valorar a las personas por su eficiencia y no por su género

La árbitra francesa Stéphanie Frappart fue la encargada de dirigir hace unos días en Estambul la final de Supercopa de Europa que enfrentó al Liverpool y al Chelsea, en una final genuinamente inglesa. Fue ayudada en las bandas por dos mujeres, Manuela Nicosi y la irlandesa Michelle O’Neal.

Con esta designación femenina, el mundo del fútbol da un paso firme hacia la igualdad. A pesar de la presión, hizo un buen arbitraje y controló en todo el momento el partido. Jurgen Klopp, entrenador del Liverpool, declaró: “Si llegamos a jugar como arbitró ella, ganamos 6-0”. Todo un honor viniendo de quien viene.

Stéphanie Frappart arbitra en la primera división francesa desde el mes de abril, tras cinco temporadas arbitrando en segunda. Tiene las competencias y capacidades para ser internacional, pero la UEFA ha mirado el género a la hora de decidir esta designación. No se conoce en la historia del arbitraje que le den una final europea a un árbitro que carezca de varios años de experiencia en el fútbol de élite de su país y en competiciones europeas.

La igualdad no debe forzarse, debe llegar por su inercia natural y equivalencia

La igualdad no debe forzarse, debe llegar por su inercia natural y equivalencia o no se conseguirá nunca el fin deseado y justo: que los hombres y mujeres tengan el mismo trato y las mismas oportunidades.

Hay que valorar a las personas por su eficiencia y no por su género; las más eficientes que estén arriba, las menos eficientes que ocupen otro lugar inferior del ranking, hay sitio para todos y para todas.