«Yo a ti no te voy a contestar. Diga lo que diga, vas a poner lo que quieras en tu sección del periódico»
Isco Alarcón y Diego Torres | El jugador del Real Madrid Isco Alarcón es portada hoy en todos los periódicos deportivos y de información general por su negativa a contestar una pregunta formulada por Diego Torres, periodista de El País. El incidente se ha producido rueda de prensa celebrada celebrada hoy en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, previa al partido de la Liga de Naciones que España disputará el próximo sábado en Londres contra Inglaterra.
El jugador, no sólo se ha negado a contestar la pregunta formulada, sino que ha aprovechado para criticar la manera de informar del periodista. Isco, en su cuenta de Twitter, lo ha calificado de «muy malo»; y en la rueda de prensa se ha expresado así:
«Yo a ti no te voy a contestar. Diga lo que diga, vas a poner lo que quieras en tu sección del periódico, así que te voy a dejar en esa línea en la que estás escribiendo y que intentes molestar lo menos posible. La Selección Española de Fútbol es de todos, necesitamos ayuda de fuera, no necesitamos a gente que nos esté pegando palos continuamente».
¿De dónde viene esta tirantez de Isco con el periodista Diego Torres?
Viene motivado, principalmente, por una crítica del periodista en el diario El País durante el reciente Mundial de Rusia 2018. Dijo textualmente:
A ojo de los profesionales, ni los desbordes ni el gol de Isco a Marruecos, a pase de Iniesta, disimularon que durante largas fases del partido bajó a recibir a la altura de los centrales, donde la vida es más dulce, en lugar de intentar pedir la pelota entre líneas para descuadrar la defensa contraria como hizo Silva. Las maniobras evasivas de Isco repercutieron directamente en Iniesta; que debió subir a hacer el trabajo del malagueño y correr el doble cada vez que España perdió la pelota.
El debate interno viene de largo. A Isco le dolió que Xavi Hernández le recordara que debe aprender a diferenciar entre “jugar bien y jugar bonito”. Dicen fuentes próximas a su familia que Isco supone que su calidad le permite aspirar al Balón de Oro. Desconfía de las lecciones. Al contrario, ahora es él quien aprieta las clavijas. Al menos así lo sintieron sus compañeros cuando salió a la sala de conferencias de Kaliningrado con el trofeo al mejor jugador de la noche —acto patrocinado por una multinacional cervecera— para decir: “Tenemos que ponernos las pilas”.
La paciencia de Iniesta tiene un límite. En Kaliningrado, la selección se asomó a la frontera.