LaLiga y Relevent Sports pretenden explotar en forma de negocio el fútbol profesional español en Estados Unidos y Canadá
El fútbol español es Estados Unidos | El fútbol es cada vez más negocio que deporte; así se desprende vistos los acuerdos que últimamente se están tomando entre la patronal de este deporte y ciertos estamentos nacionales e internacionales.
Esta vez, el acuerdo entre LaLiga, comandada por Javier Tebas, y la organización multinacional norteamericana Relevent Sports con Stephen Ross, Daniel Sillman y Boris Gartner al frente.
Pretenden explotar en forma de negocio el fútbol profesional español en Estados Unidos y Canadá. Por ese motivo ponen en marcha la iniciativa, en un principio de acuerdo, de celebrar un partido oficial de LaLiga en un estadio de fútbol norteamericano.
El ensamblaje llevará por nombre LaLiga North America, con un paquete accionarial repartido al 50% entre LaLiga y Relevent.
Con el hecho de que dos equipos de la liga española disputen un partido oficial en América del Norte se pretende promocionar el fútbol español en Estados Unidos y Canadá, países en los que el deporte rey no despierta las mismas pasiones que en nuestro país. Para los norteamericanos, el fútbol español es el de más alto nivel mundial.
El proyecto ayudará a impulsar las áreas de negocio de LaLiga en los mercados de EEUU y Canadá con adecuadas estrategias de marketing que desencadenaran en opulentas ganancias.
No todo será puro y duro negocio, pues con la explotación de este negocio también se conseguirá que se inicien escuelas de fútbol base y academias de entrenadores y monitores para el fútbol infantil.
Miami, 29.07.2017 | FC Barcelona, 3 – Real Madrid, 2
La crónica de Joan Faus en El País contó el Clásico de Miami
Fue un espectáculo de fútbol. Pero hubiese o no habido goles, la fiesta y el show estaban garantizados. Todo estaba milimetrado al detalle en el estadio Hard Rock de Miami para el partido en el que el Barcelona venció (3-2) al Real Madrid. Antes de que los jugadores saltaran al césped, se emitieron dos vídeos de cada equipo en las pantallas. Tras las porterías se colgaron dos pancartas enormes con los escudos y un lema. Y cuando entraron al terreno de juego, el estadio estaba prácticamente a oscuras bajo una música de suspense, como si fueran gladiadores. Solo un foco blanco iluminaba a los futbolistas mientras caminaban lentamente. Tras colocarse ante los fotógrafos, se soltaron fuegos artificiales. Hubo un clamor generalizado y las luces se encendieron.
Era el primer clásico de la historia en Estados Unidos, pero por la trascendencia del espectáculo se asemejaba más a una Super Bowl, la final de la liga de fútbol americano. No podía faltar la actuación musical del descanso, a cargo de Marc Anthony. Pero en este caso fue una Super Bowl con enfoque latino. La inmensa mayoría de los 66.000 aficionados que llenaron el estadio de los Dolfins de fútbol americano eran latinoamericanos.